Enseñando y aprendiendo en contexto de pandemia: el colectivo como herramienta

Alicia Stolkiner1

Profesora Titular Regular de la II Cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires

Llegó la pandemia 

Y nos reinventamos.

Somos como leños trasfogoneros, 

En esta Cátedra

Cuidamos el fuego

Teresa Machuca (docente de la cátedra)

Este escrito es, básicamente, la narrativa de la experiencia protagonizada por un colectivo de enseñanza-aprendizaje universitario, conformado por les docentes y alumnes de la II Cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología de la UBA, que se realizó en el primer cuatrimestre de 2020, apenas comenzado el aislamiento social preventivo obligatorio por la pandemia COVID19 y mientras se alteraba drásticamente la cotidianeidad y las prácticas del conjunto de la sociedad. Nuestra temática es salud, pero nos interesa compartir esta narrativa en una revista sobre universidad, cuya invitación agradecemos porque pensamos que toda acción contiene necesariamente un núcleo conceptual a recuperar y abre la posibilidad de inaugurar un diálogo fructífero con expertos en educación. 

La autoría real de este texto es de todes les docentes y les alumnes que participaron activa y colaborativamente en la tarea, está contenida en todas las reuniones y actividades realizadas y en esos trabajos finales en los que la escritura se articuló con imágenes, memes y videos, cuidadosamente elaborados y de mucha densidad teórica. Pongo mi nombre en representación de sus firmas.  

El objetivo es entonces narrar lo que hicimos y mostrar cómo apelamos a las herramientas conceptuales del campo de la salud/salud mental para orientar la actividad de docencia, extensión e investigación en una cátedra de grado en las condiciones absolutamente extraordinarias impuestas por una situación de pandemia. Una de las particularidades de nuestra experiencia es que lo que estaba sucediendo, un fenómeno inédito en la salud y la vida de la población mundial, ligaba directamente con los contenidos de la materia que dictámos y nos permitía incorporar los aconteceres cotidianos y las acciones que se desarrollaban como elemento concreto de análisis a partir de las herramientas teóricas, a la par que brindaba a docentes y alumnes elementos para la reflexividad respecto de sus propias circunstancias. Una de las decisiones que tomamos fue que el trabajo a realizar debía ser también una herramienta de cuidado de la salud/salud mental en el contexto de una situación traumática colectiva. Debíamos generar un dispositivo capaz de albergar, sostener y fortalecer el lazo social, sin renunciar a los objetivos de aprendizaje del programa, más bien favoreciéndolos.

Historizando el Dispositivo:  

La materia Salud Pública y Salud Mental la propusimos en 1985 participando desde la Cátedra de Psicohigiene y Salud Mental en la comisión tripartita que gestó la reforma curricular de la carrera de Psicología en la entonces recientemente creada Facultad en la UBA. En esa propuesta la Cátedra de Psicohigiene y Salud Mental, que había sido creada por José Bleger, se reemplazaría por un departamento de salud cuya puerta de entrada era esta materia cuatrimestral obligatoria, para proseguir después con una obligatoria, Psicología Preventiva, y varias optativas. Con el tiempo y los vaivenes político institucionales el departamento nunca existió y la materia quedó como la única obligatoria del área. 

El objetivo de Salud Pública/Salud Mental era ampliar la perspectiva teórica y práctica del ejercicio profesional de la psicología -que se limitaba a la atención clínica “individual” de problemáticas psicopatológicas-, proporcionar herramientas para el trabajo interdisciplinario en salud/salud mental y proponer, en lo que se refiere al ejercicio de la profesión en el campo de la salud, el abordaje de la dimensión subjetiva del proceso de salud/enfermedad/atención/cuidado. También nos proponíamos proveer herramientas para constituirse como actores del campo de la salud si ejercían en él.  La II Cátedra se creó en 1988, y desde entonces está a cargo de la actual titular. 

La crisis hiperinflacionaria de 1989 fue el escenario de la primera experiencia de dictado de la materia en condiciones excepcionales. Ante la evidencia de que los acontecimientos afectaban profundamente el proceso de enseñanza aprendizaje, se modificó el programa y se funcionó como un taller colectivo de elaboración sobre la temática salud mental y economía. Para ello se investigaron antecedentes, se relevó bibliografía y se reflexionó sobre la propia implicación de alumnes y docentes en la situación. Uno de los textos producidos a partir de esta experiencia se utilizó como orientador del programa de la materia durante los procesos de transformación de la sociedad y el estado en la década del 90 (Stolkiner, 1994). 

Simultáneamente se comenzó el primer programa de Extensión Universitaria en convenio con el Programa de Atención Primaria de la Salud y el Hospital SAMIC en un Municipio de Misiones, donde se montó el primer Proyecto de Investigación UBACyT2 , ya con el enfoque interdisciplinario de Investigación en Políticas, Sistemas y Servicios de Salud. Este trípode: docencia, extensión e investigación, se mantiene hasta la fecha en proyectos consecutivos. De esa etapa fundacional quedó la experiencia de adecuación a situaciones extraordinarias, que volvió a ponerse en juego durante la crisis de 2001. 

Actualmente nuestros proyectos de investigación tienen como eje la salud mental en el marco del enfoque de derechos de la Ley Nacional de Salud Mental. 

Cómo funcionamos: diseño, recursos y decisiones de un sistema de gestión colectiva.  

La idea de modelos participativos de gestión está contenida ya en los textos fundantes de la cátedra (Stolkiner, 1988) y atraviesa todas las decisiones. Pese a que una cátedra es una estructura institucional vertical, aquí se trata de funcionar de manera debatida y consensuada. La idea de colectivo de tarea está presente desde el inicio y se intenta plasmarla en los procesos de toma de decisiones y en los dispositivos de funcionamiento. 

El sistema de gestión colectiva se inició hace años, antes de que se concursaran los cargos de auxiliares, cuando la titular delegó la facultad de asignar los cargos que no son concursados -una facultad que le es propia- en un sistema colectivo basado en evaluación curricular realizada por una comisión elegida por el conjunto y abierto a revisión por los pares. 

También se comparte e incluye diversidad de posicionamientos de les docentes y profesores, dentro del marco común que sostiene y fundamenta el programa. Se debate y consensúa la incorporación de temas y textos, muchos de los cuales son producidos por los mismos docentes. 

En este funcionamiento es posible reconocer principios tomados de propuestas de gestión en salud con lógica de democratización institucional de formas matriciales (De Souza Campos, 2009) planteadas en el pensamiento médico social/salud colectiva que es la corriente en la cual nos posicionamos dentro del campo teórico respecto a salud.

La estructura de funcionamiento tiene un núcleo central de construcción de propuestas que es el Staff, constituido por la Profesora Titular, el y las Profesores Adjuntes y les Jefes de Trabajos Prácticos, donde se sistematizan las propuestas y se resuelven las temáticas administrativas. Cada JTP tiene a su cargo un pequeño grupo de ayudantes de cátedra. Hay una reunión semanal de trabajo, que puede ser solamente de staff, de pequeños grupos o plenaria. En el funcionamiento articulado de esos dispositivos se trabajan los emergentes de la cursada, se evalúan y se deciden las actividades y se realizan tareas de capacitación. Se suele hacer un seminario de capacitación optativo durante febrero. Una vez cada dos años se realiza una Jornada abierta (suspendida en 2020 por la pandemia). 

La materia se dicta todos los cuatrimestres, está situada a mitad de la carrera, es obligatoria y pertenece al ciclo de formación general.  Antes del inicio de la pandemia la cursaban un promedio de 450 alumnos por cuatrimestre.  

Cantidad de estudiantes por cuatrimestre 2018-2021 (gráfico 1)

Se dictan simultáneamente cinco teóricos por semana en distintas bandas horarias, dos a cargo de la profesora titular y tres a cargo de les profesores adjuntos. Funcionan 22 comisiones de prácticos, de 25 alumnes cada una que puede ampliarse según inscripción, dirigidas por un equipo docente compuesto por ayudante de primera y coayudantes ad honorem y/o ayudantes alumnes. Como se trata de una materia con trabajo en terreno tiene doble carga de práctico concretada en tres horas semanales de dos reuniones sucesivas. La mayoría de les docentes tiene formación de posgrado, pero, al tener dedicación simple, también desarrollan otras actividades en servicios de salud, salvo dos que hacen carrera de investigadoras. Lo que resulta ser un perfil excelente para la materia porque les permite relacionar los contenidos con su propia experiencia y experticia adquirida en prácticas en salud/salud mental. El objetivo de los prácticos es articular los contenidos teóricos y bibliográficos con un trabajo en terreno grupal monitoreado por les docentes. Como veremos luego, fue necesario adecuar este objetivo y tarea a las condiciones de la cursada en pandemia. 

Los Recursos Virtuales con que contábamos: 

Las vías de comunicación virtual con las que contábamos fueron un recurso fundamental para la cursada en pandemia. Teníamos una red de mails y de WhatsApp de todes les miembres de la cátedra, una red de mails y de WhatsApp del staff, una Página de FB de la Cátedra, la Página Web, un mail de contacto para les alumnes que es recepcionado por el staff y un aula virtual. Nos habíamos presentado hace unos años a una convocatoria de la UBA (Proyectos UBATIC) para proyectos de utilización de TICS en el proceso de enseñanza aprendizaje, donde nuestra propuesta fue aprobada sin financiación. Pese a ello habíamos desarrollado una parte de la misma: la introducción del aula virtual como respaldo y herramienta a la cursada con una capacitación interna, que les docentes utilizaban de manera variable pero nunca como herramienta central. De todos modos fue fundamental que no resultara absolutamente desconocida. 

Una decisión que hizo al colectivo: cuando creamos la red de WhatsApp de la cátedra se debatió si debía ser una red o un canal unidireccional para proveer información. Se decidió por la red, a sabiendas de que, pese a todas las indicaciones y recomendaciones, tendría una deriva de comunicaciones informales: cumpleaños, nacimientos, duelos, algunos chistes e información horizontalizada. A la luz de los acontecimientos durante la pandemia, fue una buena decisión. Facilitó mantener siempre un contacto más allá del burocrático o formal.  Quizás no un contacto cuerpo a cuerpo pero sí de palabras, imágenes y gestos. Fortaleció la red vincular entre docentes e incluso habilitó acciones solidarias en el grupo. Hay que pensar que mientras se desarrollaba la tarea hubo docentes que enfermaron de COVID, pérdidas personales, experiencias y propuestas a compartir, pedidos, etc. La primera reunión de cátedra tuvo un espacio vivencial de expresión de cómo estábamos en esa particular situación. 

Desde siempre les docentes crean al iniciar el cuatrimestre una red de WhatsApp y/o de mail con les alumnes de la comisión a cargo. Ese dispositivo tuvo también una importante función durante la cursada y fue también muy importante en estas circunstancias, coexistiendo con el sistema de comunicación del aula virtual. 

Herramientas teóricas para la adecuación al dictado de la materia en situación pandemia: incertidumbre, duelo, esfuerzo adaptativo, cuidados, padecimiento subjetivo. 

Cuando en marzo de 2020 arribó la pandemia de COVID 19 y se planteó el ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio) estábamos a días del comienzo de las clases, que se demoraron unas semanas, con escasas indicaciones de la Facultad utilizamos ese tiempo para organizar la cursada. Partimos de caracterizar la situación y utilizamos algunas herramientas teóricas para pensar y decidir el planeamiento de las acciones. 

A nuestro entender la pandemia podía definirse como el desequilibrio catastrófico de un sistema que ya tenía un altísimo nivel de inestabilidad y por ende era poco previsible su evolución, pero con seguridad tomaría todo el cuatrimestre. Debíamos prepararnos para una modificación que tendría elementos duraderos. Al igual que en las crisis anteriores sabíamos que era indispensable incorporar lo que acontecía en las actividades docentes, de extensión y de investigación. 

El método de análisis con que trabajamos para analizar los procesos de salud/enfermedad/atención/cuidado de manera interdisciplinaria incluye el entramado entre las dimensiones de lo económico, lo institucional y la vida cotidiana, y  un eje central en el estudio de los sistemas de salud/salud mental. En la primera unidad trabajamos la conceptualización del proceso de S/E/A-C, el abordaje desde la interdisciplina, el análisis crítico de los procesos de medicalización y psicopatologización, y el enfoque de derechos en salud. En la segunda unidad nos centramos en las políticas de salud/salud mental y las particularidades del sistema de salud y el modelo de atención en el país, con un eje central en la Ley Nacional de Salud Mental, e introducimos a la  epidemiología y a la gestión en salud mental. Todo ello se reubicó y se articuló con la situación de pandemia para la cursada.

Antes de comenzar las clases les docentes elaboraron un Manifiesto Colectivo que marcaba la posición consensuada respecto del problema, con el que se inauguraría la cursada, luego publicado por una revista (Colectivo Docente de la II Cátedra de Salud Pública y Salud Mental, 2020). En él se sentaron las bases respecto al posicionamiento y se concluía: “Entendiendo al cuidado en su dimensión social y política, sostenemos que las estrategias individualistas nos debilitan y no brindan soluciones para superar la emergencia sanitaria actual. Son las salidas colectivas las productoras de potencia de vida y, consecuentemente, de salud mental”. La responsable de la Cátedra produjo, casi simultáneamente, un texto preliminar sobre el campo de la salud mental en contexto de pandemia para incluir en la bibliografía (Stolkiner, 2020).  

Apelamos a herramientas de comprensión ligadas a lo singular subjetivo y sus padecimientos tanto para incluir como contenido en la materia como para adecuar el programa y fundamentar la práctica. 

Frente a la veloz ruptura de lo cotidiano aplicábamos la idea de “esfuerzo adaptativo”, aplicando el concepto piagetiano de adaptación que implica un doble movimiento de asimilación y acomodación (Stolkiner, 2020-2). También trabajamos sobre el concepto de duelo por la evidencia de pérdida de proyectos, de certezas, del mundo tal como lo conocimos y  eventualmente de personas significativas. Dos elementos centrales: la presencia de la muerte que “ya no se deja negar” (como escribiría Freud ante el horror de la Primera Guerra en 2015) y la incerteza respecto al futuro eran evidentes. Obviamente consideramos las dimensiones colectivas y singulares de lo traumático. A esto se agrega una definición de sujeto y subjetividad que incluye la idea de potencia y capacidad de innovación. Asimismo, como apelamos al concepto de sufrimiento psíquico como categoría para pensar la epidemiología en salud mental (Ausburger, 2004) tuvimos una posición crítica respecto a otras que tendían a considerar psicopatologías las manifestaciones que aparecían en las personas ante el duelo, la incertidumbre, la alteración de la cotidianeidad y el esfuerzo adaptativo. En esto acordábamos con la definición de la Ley Nacional de Salud Mental y por otro con la crítica a la medicalización y patologización de la vida, temática que se aborda en la materia. 

En el aula virtual, en el mensaje de bienvenida de la profesora titular dirigido a les alumnes se explicitaba: “Sabemos de las dificultades que tanto nosotros como ustedes vamos a atravesar y del esfuerzo que significa sostener las tareas de una vida cuya cotidianeidad está radicalmente transformada. Me gustaría mostrarles la trastienda de cómo trabaja este equipo docente combinando las incertidumbres propias del momento, los cuidados del hogar que para muchos y muchas incluyen acompañar niños privados de escuela y rutinas, hacerse cargo de mayores, seguir trabajando en el sistema de salud u otras combinaciones como saberse perteneciente a un grupo de riesgo. Nos permite suponer o imaginar en qué circunstancias lo harán ustedes. Confiamos sin embargo en que sostener esta actividad se constituya en un elemento vital más y que valga no solo para el presente sino para el futuro”.

Hubo dos decisiones con respecto a contenidos. La primera fue fortalecer y complejizar el concepto de “cuidados” para lo cual se agregó bibliografía y se realizó un trabajo de capacitación a cargo de docentes con posgrado en la temática. La segunda fue adelantar los contenidos de epidemiología, que estaban en el segundo bloque temático, al primero y trabajar el tema con mayor carga horaria. 

Por esta caracterización del problema fue que decidimos también la forma en que funcionaríamos. También se desarrollaron actividades de extensión e investigación que detallaremos más adelante. 

Decisiones con respecto a la actividad: simultaneidad, aula virtual, conectividad, traer el trabajo en terreno al aula, el escollo de la evaluación/calificación. 

1. Fortaleciendo lazos y promoviendo grupalidad: La decisión de las actividades simultáneas  

La gestión de la facultad había dado pocas indicaciones respecto del funcionamiento, salvo la habilitación del campus virtual que no incluía la posibilidad de actividades simultáneas de les participantes “cara a cara” ya que no era posible “de cuerpo presente”. Atendiendo a las circunstancias decidimos que era necesario mantener los horarios de dictado de teóricos y de prácticos tal como estaban previstos antes del pasaje a la virtualidad. Lo fundamentamos en dos razones: en un momento de tanta modificación de la vida cotidiana que afectaba los hábitos temporales y las rutinas, lo que aumentaba el desconcierto y el malestar, mantener y organizar los horarios resultaba un factor protector en salud mental. También lo era, para les docentes, no tener que someternos a un cambio total de nuestras prácticas y rutinas de trabajo, todo en menos de un mes y casi sin preparación previa. Se trataba de mantener algo de lo conocido y ya probado en el marco de un notable esfuerzo de adecuación, y también de facilitar el encuentro personal, el vínculo, la red. Lo mismo se decidió respecto de las reuniones semanales de la cátedra se mantendrían y serían en plataformas de simultaneidad.  

Incorporamos entonces plataformas de actividad virtual simultánea, preferentemente zoom.3 Para los teóricos de más de 100 alumnos se transmitía en simultáneo por canal de You Tube y se grababa. Todo esto costó bastante ensayo y error y no poco estrés. Todes reconocíamos que la tarea producía bastante cansancio, pero la considerábamos preferible y necesaria. Nuestra modalidad pedagógica se asienta mucho en la grupalidad y la actividad colaborativa, lo que requiere del fortalecimiento de lazos. Siempre hemos tomado como estrategia a lo colaborativo más que a lo competitivo como potenciación del proceso de enseñanza-aprendizaje. En algunos casos la actividad en simultáneo generó vivencias de proximidad. Una de las profesoras lo expresa así: “Hemos vivido con mucha intimidad los encuentros virtuales entre docentes y estudiantes, generó un ‘mano a mano’ compartido que no había conocido en la presencialidad: el mostrar parte de la casa, que pase gente, sonidos, risas, imprevistos”.4

A lo largo de la cursada, como se verá en las evaluaciones que hicieron de ella les alumnes, se logró generar lazo entre pares y con les docentes. También hubo bastante participación en los teóricos por un efecto inesperado: el uso del chat en la plataforma virtual facilitó en los teóricos la participación con comentarios y preguntas que quizás no hubieran sido formulados en una clase presencial masiva por lo que suelen manifestar como temor a exponerse frente a sus pares. 

2. Cuidando el acceso: detección previa de alumnes con problemas de conectividad 

La accesibilidad a los servicios de salud ha sido uno de nuestros temas de investigación, y con ese antecedente nos preocupamos también por la accesibilidad a la modalidad virtual con que trabajaríamos. Antes de comenzar las clases hicimos un relevamiento para detectar alumnes con problemas de conectividad. Sobre un total de 397 había diez que tenían dificultades serias o sólo contaban con datos limitados del celular, más una que tenía una discapacidad auditiva (implante coclear bilateral) y en las clases presenciales usaba un sistema de FM que complementaba con lectura labial, esto resultaba imposible en las virtuales. Se comunicaron las dificultades a Secretaría Académica y se trataron de subsanar los problemas armando red solidaria entre compañeres de la misma comisión, y en el caso de la joven con discapacidad auditiva la docente hizo, además, un esquema especial de trabajo para ella. 

3. Preservando la articulación teoría-práctica: Traer el terreno al “aula” : 

En el dictado de la materia se espera lograr una eficaz articulación teórico-práctica. Las tres horas semanales de prácticos son la herramienta fundamental para ello. La tarea que se realizaba hasta 2020 era un trabajo grupal en terreno. Cada grupo seleccionaba una institución o programa de salud/salud mental y realizaba a través de observación, entrevistas (a informantes clave, usuarios y/o trabajadores) y estudio documental, una descripción y análisis de la misma utilizando como herramientas los contenidos teóricos de la materia. Algunas comisiones abordaban temáticas específicas como infancias, consumos, vejez, etc. según la experticia de les docentes a cargo. Ese trabajo en terreno es supervisado por les docentes de prácticos y se sintetiza en una monografía final. 

Esa tarea en terreno se volvió imposible por la pandemia y el aislamiento. Decidimos entonces reemplazar esa actividad invitando a profesionales y gestores de instituciones y programas a exponer tanto en los espacios de teóricos como de prácticos. También les alumnes realizaron entrevistas virtuales. 

La consigna fue “traer el terreno al aula”. Así, expusieron profesionales y gestores que desarrollaban tareas de atención en distintos niveles de instituciones o programas, con fuerte acento en la emergencia COVID durante ese primer cuatrimestre. Tal como lo planteaba la bienvenida a les alumnes en el aula virtual, que proponía un proceso de reflexividad, propusimos que “la articulación teórico-práctica se concretará en la reflexión sobre la pandemia de COVID19 y en su complejidad, imbricando los contenidos y los textos con el análisis de emergentes sociales y también con preguntas sobre nuestra implicación en ello. Seremos simultáneamente sujeto y objeto de la reflexión, usando la teoría como herramienta”. Los trabajos monográficos finales fueron luego expuestos en el coloquio final -que comentaremos al hablar de la evaluación- presentados con videos, memes e imágenes de una forma inédita. 

4. La encrucijada de la evaluación: manteniendo los objetivos del programa

El programa tiene dos unidades temáticas. La primera trabaja los ejes conceptuales centrales y en la segunda se abordan los sistemas y modelos de atención en salud/salud mental. La Ley Nacional de Salud Mental atraviesa transversalmente los contenidos. El sistema de evaluación/calificación, siguiendo las normativas, ha consistido siempre en un parcial individual al final de la primera unidad temática, y el trabajo monográfico grupal sobre la tarea en terreno con una defensa en coloquio final en donde se promedia la nota grupal obtenida en el trabajo monográfico con la individual del desempeño de cada alumno en el coloquio. Les alumnes que obtienen más de siete en ambas instancias tienen promoción sin examen final. Los que obtienen entre 4 y 7 en una de ellas regularizan la materia pero deben rendir exámen final. Se tomó la decisión de mantener ese formato y mantener la evaluación con dispositivos de simultaneidad. Las presentaciones de los coloquios finales fueron una combinación de exposición oral con videos, musicalizaciones, imágenes y memes. Si bien en la cátedra hay antecedentes de presentaciones de trabajos finales con formatos multimedia, en este cuatrimestre fueron prácticamente la norma. 

La gestión de la Facultad no dio, en ese primer cuatrimestre, lineamientos tempranos. Decidimos tomar los exámenes finales también de manera simultánea instrumentando para ello las salas separadas del zoom. El múltiple choice, que era una de las técnicas sugeridas, pensamos que no se adecuaba a la modalidad de competencias que evaluamos. 

Los resultados en ese primer cuatrimestre no difirieron mucho de los anteriores, en término de cantidad de promocionados, calificaciones, etc. Tampoco hubo una diferencia notable de alumnes que dejaran la materia durante la cursada y los que lo hicieron plantearon motivos comprensibles, a veces ligados a la situación. Sí fue novedoso que algunos cursaban desde otras localidades e inclusive provincias. Al final, aplicamos un cuestionario para que ellos evaluaran la cursada. 

La cursada desde la opinión de les estudiantes: 

Les docentes comentaban la buena predisposición y la actitud colaborativa de les alumnes en las comisiones y lo mismo se percibía en los teóricos. El énfasis puesto en la lógica colectiva de cuidado desde la apertura con el Manifiesto de la Cátedra parecía concretarse en acciones. 

Normalmente, les alumnes evalúan la cursada en cada comisión de prácticos y esto se trabaja luego en las plenarias. En julio de 2020 aplicamos un cuestionario, que se hizo mediante un googleform, con preguntas cerradas y abiertas. Las cerradas proponían valorar en una escala desde muy bueno hasta muy malo, la experiencia de cursada tanto en prácticos como en teóricos, y las abiertas buscaban profundizar en la explicación de dicha respuesta cerrada. Además, se preguntaba por aspectos que facilitaron y que dificultaron la cursada, y sugerencias. La respondieron 336 estudiantes, al finalizar el cuatrimestre, es decir en julio de 2020.

La opinión general sobre la cursada en términos de calificación de mala a muy buena fue: 

Gráfico

Para analizar las respuestas del cuestionario en la parte de frases abiertas se tomaron palabras que condensaban las mayores frecuencias. 

Uno de los aspectos más frecuentemente mencionado por parte de los y las estudiantes fue el acompañamiento recibido por parte del equipo docente. En las respuestas se destacó mayormente que el apoyo y asistencia considerando el contexto.  

También destacaron el compromiso y dedicación de les docentes -“Llevaron adelante la cursada con mucho compromiso, estando siempre disponibles para alojar y ayudarnos con nuestras inquietudes”-, así como su permanente predisposición. En este sentido, se refirieron no sólo a aclarar dudas o aspectos conceptuales de los contenidos, sino también a responder de forma flexible en función de las particularidades que la cursada virtual traía en tanto novedosa. “Hubo muy buena predisposición de los profesores, fueron claros con las explicaciones a lo largo de la cursada”.  

Tuvo alta frecuencia el reconocimiento de la comunicación constante, y facilitada por diversas vías, que ampliaban el trabajo estrictamente sincrónico realizado una vez a la semana. En todos los casos, esto fue relacionado estrechamente con el acompañamiento recibido, siendo siempre señalado la articulación de medios complementarios del aula virtual: “Se habilitaron cantidad de medios de comunicación para acceder a la información y a los materiales” y “Nos brindaron todos los medios posibles de comunicación con ellas, por Mail Whatsapp y Zoom”.

Aunque en menor medida, se señaló de forma positiva el intercambio que se daba en los encuentros sincrónicos. En estas respuestas, fueron permanentes las referencias a la escucha sentida por parte de les estudiantes a sus ideas y opiniones: “La apertura y el intercambio fueron notorios y necesarios porque habilita la escucha a los estudiantes”.

En el caso de las 12 respuestas obtenidas que evaluaban el espacio de prácticos como regular, se destaca la crítica a la duración de los espacios sincrónicos de los prácticos (3 horas) que dificultaban la concentración sostenida. Esos mismos alumnos coincidían sin embargo en destacar el compromiso y la dedicación de les docentes. 

Actividades de Extensión e Investigación: 

Las actividades de los equipos de investigación y extensión preexistentes se vieron complicadas por la imposibilidad de hacer tareas en terreno, algunas de las cuales se reemplazaron virtualmente. Pero además de los equipos estables hubo tareas específicamente desarrolladas en relación a la pandemia de COVID 19 que mencionaremos a continuación: 

  1. Se realizó el estudio  “Impacto del Covid-19 en la provisión de servicios de salud mental en América Latina y El Caribe” (ALC), con el objetivo de caracterizar los efectos de la pandemia en los servicios de salud mental durante los dos primeros meses. La coordinación del equipo fue llevada a cabo por una de las jefas de trabajos prácticos de la cátedra.5 Se articuló con la cátedra de Salud Pública/Salud Mental, de la Facultad de Psicología, de la Universidad Nacional de Rosario y una ONG de salud mental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el marco de dicha investigación, se entrevistó a 256 trabajadores y gestores de servicios de salud mental de 18 países de ALC. 
  2. Se prestó servicio de Acompañamiento y supervisión a equipos de Salud Mental de la Provincia de Buenos Aires:6 en colaboración con la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias de la provincia, se mantuvieron reuniones periódicas de supervisión y acompañamiento en la tarea de equipos de trabajo que lo solicitaron. La Coordinación de la Tarea estuvo a cargo del Lic. Julian Ferreyra.
  3. Ciclo de Encuentros Abiertos “Acompañar en pandemia”:7 se convocó a profesionales que trabajaban en servicios. El objetivo era compartir las experiencias de prácticas de acompañamiento presencial (profesionales de hospitales/UTI) y telefónico a personas aisladas, enfermas de Covid y sus familiares, y a los deudos de personas fallecidas por Covid, reflexionar ellas y producir colectivamente. También se hizo un taller vivencial por zoom. Hubo inclusive participantes extranjeros. 
  4. Participación en el Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones: Ambas cátedras de salud pública y salud mental se presentaron conjuntamente para renovar su participación como entidades académicas en el Órgano de Revisión de la Ley. Por la cátedra participa la Lic. Marina Pambukdjian, Jefa de Trabajos Prácticos. 
  5. Asesoría a instancias del poder ejecutivo: ante solicitudes específicas a expertos.8

Algunas reflexiones: 

Nos hemos detenido en la experiencia del primer cuatrimestre, pero en estas reflexiones comentaremos algo sobre los siguientes. 

En este período de pandemia se repitió algo que ya habíamos experimentado durante la hiperinflación de 1989 cuando nos iniciábamos: es difícil escindir lo que sucede en la cursada de la condición general que se atraviesa. Lo excepcional desnuda algo que siempre hemos tomado en cuenta cuando al planear y ejecutar el proceso de enseñanza aprendizaje de manera situada. En los cuatrimestres siguientes , y mientras se prolongaba la situación,  percibimos que se producía una cierta necesidad de puesta entre paréntesis de la temática y una tendencia a retomar problemas que eran de la vida cotidiana previa o de prácticas en salud/salud mental generales, quizás una necesidad de cierta toma de distancia y/o algún nivel de negación. Hubo muchos grupos, especialmente en 2021, que eligieron como tema del trabajo en terreno la implementación de la reciente ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo o sobre las reformas en el modelo de atención en salud mental de la provincia de Buenos Aires, por poner algunos ejemplos. 

El segundo cuatrimestre nos encontró con mayor experticia de trabajo, hicimos algunas modificaciones de la actividad producto de la evaluación del primero y trabajamos con menos estrés pero igual intensidad, como si se hubieran generado nuevas rutinas, aunque frágiles. Es cierto que coincidió con el paulatino descenso de casos de COVID y reaperturas parciales  de la actividad y la circulación a partir de la primavera del 2020, mientras en los países de Europa  durante su verano se había comenzado a hablar de la Nueva Normalidad y se producían aperturas. 

Durante el primer cuatrimestre de 2021 se desencadenó la 2ª Ola de COVID, volvió a  ascender la curva de contagios y de muertes, a la par que se iniciaba el proceso de vacunación comenzando por los mayores y el personal de salud. La tensión del esfuerzo adaptativo del primer cuatrimestre fue cediendo lugar al cansancio y la tristeza. La nube de palabras del taller vivencial evaluativo que hicimos en la cátedra al final de la cursada lo evidencia:

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No obstante, fue posible mantener la tarea en la que ya se habían establecido nuevas rutinas.  A partir de la evaluación de les alumnes en las comisiones y de les docentes, que consideraban cansador el práctico de tres horas en simultáneo, se decidió que debía matizarse con otras actividades de aula virtual. 

Siempre hubo una coincidencia en que el trabajo virtual cansa de una manera particular, pero buena parte de la fatiga estaba también profundamente determinada por una situación que parecía no terminar, por la vuelta a las restricciones y por las muertes. Sin embargo, esa misma reunión se cerró con una poesía de una de las docentes fundantes de la cátedra que se jubila,9 en la que señala metafóricamente la reinvención que aplicó el colectivo como herramienta del “cuidado del fuego”. 

Lo que se pierde y lo que se gana con la virtualidad: 

Como profesora a cargo de teóricos, y sin generalizar mi experiencia, puedo decir que en el teórico presencial los cuerpos en interacción generan intensidad, pueden producir mayor cansancio físico –jamás doy un teórico sentada— pero las miradas, los gestos, el emplazamiento tridimensional construyen una escena con energía. En el teórico virtual hay posibilidad de interacción e inclusive de participación, pero se requiere poner más energía para sostener la situación, diría metafóricamente que es “extractivista”. Por otro lado también es cierto que trabajando con grupos más pequeños se crea un “estar allí” en el espacio de la vida de quienes participan, una intimidad, como comenta la profesora que citamos previamente. 

También opera a favor tener el nombre de cada uno de les alumnes y la posibilidad de que participen por el chat que habilita a comentar y preguntar sin exponerse a la mirada de un aula masiva, lo cual solían reconocer como un obstáculo cuando, en las condiciones anteriores a la pandemia, se acercaban luego de la clase a formular una pregunta que hubiera sido importante exponer públicamente.  Les docentes comentan el problema de quienes se conectan sin imagen, “ver el cuadrito”.  

Las reuniones de cátedra adquirieron una particular eficacia, comenzaban muy puntualmente y terminaban con objetivos cumplidos. Pero también producían mayor cansancio y menos interrupciones del discurso formal con chistes o comentarios como suele haber en la presencialidad. Les estudiantes que se incorporaron a hacer una experiencia docente, nunca los conocimos de cuerpo presente. 

En todos los casos lo que se pierde es el complemento informal de las actividades formales. Me refiero a los encuentros previos o posteriores a una clase o una reunión, la continuación en el café o el festejo de fin de año compartido. Las preguntas o conversaciones en pasillos las recuerdo como muy importantes en mi experiencia como alumna universitaria no solo por la profundización de vínculos sino también por el debate teórico. He sostenido conversaciones informales tan importantes como una lectura de texto o que me han permitido conocer las prácticas que desarrollan les docentes o fragmentos de vida de alumnes. Todo eso se pierde en la virtualidad y no es poco. La universidad como espacio físico de circulación y encuentro. 

Suelo decir que, para sostenernos, en el colectivo de la cátedra usábamos la experiencia y el recuerdo de cuando nos reuníamos presencialmente, lo que describía en broma como el uso de un capital previo. No sé si la actividad hubiera sido posible sin esa experiencia anterior, sin sus huellas.

Finalmente se suma, y esto es una reflexión referente a salud mental, que si bien la ausencia de desplazamiento ahorra tiempo y desgaste de traslado en una ciudad complicada, produce un efecto de pasaje sin escala de una condición de vida a otra. En menos de cinco minutos se responde un mensaje donde se anoticia de una muerte, se termina de hacer una tarea doméstica o cualquier otra experiencia y se entra en la actividad de enseñanza-aprendizaje con la intensidad que conlleva. Esa falta de mediación que produce el desplazamiento también tiene su efecto. 

Un comentario referente a la institución: 

Se trata de una Facultad donde la interacción entre profesores y entre cátedras no está contemplada o fomentada. Excede este trabajo el análisis de las vicisitudes político-institucionales de la misma. No obstante, durante el proceso de pandemia y en la virtualidad se profundizó y afianzó la relación entre un grupo de profesores que nos reuníamos ya desde 2019 por nuestra iniciativa. Así protagonizamos durante el 2020 una serie de actividades intercátedras e interclaustros y, en 2021, lanzamos una propuesta de participación en la vida institucional. Esa red de colegas fue favorecida por la posibilidad de reuniones y eventos virtuales. También fue un soporte importante para todes. Emprender un objetivo de democratización institucional en estas circunstancias y crear, además, una red de intercambio de temáticas no solo institucionales sino teóricas, amistosa y cálida, fue también un factor protector de salud mental.  

A modo de cierre: breve reflexión sobre sobre la universidad

Atravesando esta experiencia tenemos solamente una certeza: ya nada volverá a ser cómo era. Este desequilibrio catastrófico del sistema preexistente tiene desenlaces posibles diversos, algunos utópicos y otros distópicos. Se ha producido un aceleramiento del conflicto entre funciones y lugares del estado, los mercados, la vida, los derechos, las formas de lo societal. La histórica institución occidental que es la universidad, con su viraje moderno, no dejará de ser conmovida por ello, ni tampoco por la masividad con que las tecnologías han acelerado su imbricación con la vida.  

Previamente, ya era una institución en crisis. En el caso de la Universidad Pública de la Argentina algunos de sus valores básicos, como los principios de la reforma y la gratuidad, estaban ya asediados por las tendencias a la burocratización corporativa de grupos de poder y a la mercantilización antagónica con los derechos.

Ya hace años Boaventura de Sousa Santos (1998) señalaba la triple crisis, de hegemonía, de legitimidad e institucional que atravesaba la universidad, y prevenía acerca de que su rigidez podía imposibilitarle cambios indispensables.  En ese mismo texto nos proponía: “La apertura al otro es el sentido profundo de la democratización de la universidad”. Algo de eso, es lo que intentamos en esta experiencia en la pequeña escala en que nos tocó actuar. 

NOTAS

1 Colaboraron con este trabajo la Dra. Sara Ardila Gomez, Jefa de Trabajos Prácticos e Investigadora y la Lic. Melina Rosales docente e investigadora. La Dra. Ardila Gomez diseñó y dirigió el cuestionario de evaluación de la cursada que respondieron les alumnes y la Lic. Melina Rosales colaboró en la elaboración de los resultados. 

2 “Efectos en el Proceso salud/enfermedad/atención de la Integración Económica Regional de poblaciones de frontera: el Caso Eldorado.” Proyecto Trienal financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires (UBACyT). Programación Científica 1995-1998.

3 La Facultad no proveyó estas plataformas, pero uno de los docentes consiguió un zoom sin interrupciones equivalente a uno pago, de manera gratuita durante el primer cuatrimestre. 

4 Dra. Andrea Vazquez, Profesora Adjunta, comentario en la red.

5 Coordinó el Proyecto la Dra. Sara Ardila y participaron por la cátedra las docentes e investigadoras Melina Rosales y Marina Fernández.

6 Centralizó la actividad el Lic. Julian Ferreyra y participaron en ella les docentes Catalina Quiroga, Patricio Enrique Krotsch, Lucas Marcelo Trejo y Natalia Paola Osella.

7 Organizadas por la Lic. Silvina Pedernera, Docente de la Cátedra acompañada por Viviana Lazarte, Natalia Osella. Expusieron otres docentes y Profesores en los encuentros. 

8 La Profesora Titular de la Cátedra fue convocada como parte del Comité de Expertos que realizaron asesorías al Poder Ejecutivo.

9 La Lic. Teresa Machuca que tiene una función fundamental en el soporte de lazo y vinculación afectiva del colectivo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

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Colectivo Docente de la II Cátedra de Salud Pública y Salud Mental (2020). Manifiesto por una Salud Colectiva en Tiempos de Pandemia.  https://www.elsigma.com/salud-publica-y-psicoanalisis/manifiesto-por-una-salud-mental-colectiva-en-tiempos-de-coronavirus/13722?fbclid=IwAR142FrdT24yhkP-Qc57PCC_QXaXTYZBLrhJZVxGQ2QGa9l2cOamqoan3_A

Freud S. (1973). Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Madrid: Biblioteca Nueva.

Sousa Santos de, B. (2006). De la Idea de Universidad a la Universidad de la Ideas. En B. de Souza Santos, De la Mano de Alicia. Lo social y lo político en la posmodernidad (pp. 225-284).  Santa Fe de Bogotá: Ediciones Uniandes – Siglo del Hombre Editores. 

Souza Campos, G. (2009). Gestión en Salud: En defensa de la vida. Buenos Aires: Lugar Editorial.

Stolkiner, A. (1988). Prácticas en Salud mental. Revista Investigación y Educación en Enfermería, 11 (1), 31-51.

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Stolkiner, A. (2020). Prácticas y herramientas: Crónica sobre salud mental y pandemia. Revista Narraciones,  1 (6), 63-70.