Educación Superior y afrodescendientes. Avances en Argentina durante el siglo XXI

Anny Ocoró Loango

Facultad Latianoamericana en Ciencias Sociales (Flacso) y Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref)

El racismo, y las estructuras sociales que legitiman jerarquías y desigualdades étnico-raciales entre las personas, atraviesan al conjunto de la sociedad, incluso a las Instituciones de Educación Superior (IES). En el campo educativo, los indígenas y afrodescendientes enfrentan condiciones más desfavorables que otros grupos,1 además de grandes obstáculos estructurales que les impiden concluir con sus trayectorias educativas en el nivel medio y acceder a la educación superior. La inequidad educativa que afecta a estas poblaciones también se manifiesta en la falta de inclusión de su historia y sus epistemologías en los planes curriculares.


En América Latina, las políticas orientadas desde criterios étnicos no fueron parte de la agenda de los Estados sino hasta bien entrada la última década del siglo XX (Ocoró, 2019). En los últimos años, aún con limitados recursos, se han venido desarrollando diversas experiencias y modalidades de inclusión de los pueblos afrodescendientes en las IES.2  En lo que respecta a la Argentina, las políticas y los debates raciales han sido muy poco frecuentes. Las discusiones sobre acciones afirmativas no han logrado instalarse en el campo académico ni en el campo político-institucional como un problema o necesidad a resolver. Muy por el contrario, Brasil es el país de América Latina en donde se han alcanzado mayores logros en la institucionalización de políticas en contra de la discriminación y a favor de la equidad racial. Este país cuenta, desde principios del presente siglo, con una serie de políticas públicas instaladas en diversas áreas, con mayor desarrollo en las áreas de salud y educación. También es pionero en materia de Políticas de Cuotas o Acciones Afirmativas para la población afrodescendiente dentro del ámbito educativo.3

Las diferencias entre ambos países en cuanto a este tema son claramente perceptibles. Esto tiene que ver con el hecho de que Argentina es uno de los países de la región con mayor acceso, cobertura y gratuidad a nivel educación superior pública. Por otra parte, el porcentaje de población afrodescendiente de la Argentina está muy lejos de alcanzar los números de Brasil, y el accionar del movimiento afro en el terreno educativo, así como sus logros, son aún incipientes. Estos elementos inciden en el alcance que el debate tiene en la Argentina, y en cierta medida explica por qué en este país la discusión no se ha planteado en términos de acceso o cupos especiales, sino más bien en términos de cuestionar el racismo epistémico que impone la hegemonía de los conocimientos eurocéntricos, al tiempo que inferioriza e invisibiliza los conocimientos y epistemologías de matriz africana.

A pesar de la situación descripta, en la última década en Argentina, los/as afrodescendientes han ganado, en la agenda del Estado, una visibilidad y presencia que antes no tenían. Hoy podemos decir que el tema ha despertado el interés y la atención del Estado, y se han abierto a la luz pública discusiones que interpelan los históricos procesos de negación e invisibilización. En este mismo sentido, el Censo Nacional de Población del año 2010 incluyó la pregunta de autoreconocimiento, lo cual constituyó un paso importante hacia el reconocimiento de su existencia en la realidad del país, impulsando la inclusión de sus problemáticas en la agenda de la política pública. A pesar de estos avances, la Argentina no cuenta aún con políticas educativas específicas para estas poblaciones, especialmente en la educación superior. En efecto, como mencionamos, Argentina no es un país en el que las discusiones sobre educación superior y afrodescendientes, o los debates raciales, ocupen un lugar relevante o sean habituales como ocurre en Brasil o en Colombia. 

Este proceso que se está desarrollando no puede ser comprendido desde miradas parciales. Para hacerlo es necesario tener en cuenta tres esferas o campos de acción social: el campo académico, el campo político-institucional, y el campo de las prácticas gestadas o impulsadas por actores sociales del movimiento afro. Se trata de una distinción analítica, pues en la práctica estos campos no son independientes, sino que se articulan entre sí, y juntos configuran las discusiones sobre afrodescendientes y educación superior en la Argentina. 

El campo político-institucional: con pocos avances en lo educativo

En la Argentina, las discusiones sobre afrodescendientes y educación superior son recientes; provienen principalmente del campo académico, y se dan en menor medida en las prácticas de los actores del movimiento afro, y en el campo político institucional. En efecto, el tema no está instalado en la agenda política institucional, ni en la de todos los actores vinculados al movimiento afro. Como mencionamos anteriormente, se trata de campos que están interrelacionados y, en algunos casos, comparten agendas, o bien son los mismos actores quienes impulsan estas discusiones en los diferentes campos. 

Es imprescindible aclarar que la noción de “campo” se entiende aquí en la dirección en la que lo conceptualiza Bourdieu, vale decir como “espacios de juego históricamente constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias” (1988, p.108). Los campos son parte de una red de relaciones que existen en un ámbito específico de manera independiente de la voluntad colectiva o de la conciencia individual. En esta perspectiva, el espacio social es aprehensible desde la noción de “campo” y la sociedad está compuesta por un conjunto de campos que gozan de cierta autonomía, pero entre los que también se producen jerarquías, cohesiones, tensiones. Así entonces, el espacio social es visto por Bourdieu “como un campo de fuerzas cuya necesidad se impone a los agentes que se han adentrado en él, y como un campo de luchas dentro del cual los agentes se enfrentan, con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura del campo de fuerzas, contribuyendo de este modo a conservar o a transformar su estructura” (1997, p. 49).

En la última década, el Estado argentino ha emprendido un camino hacia la visibilización, y ya no de la invisibilización, de los/las afrodescendientes (Ocoró, 2017), rompiendo en gran medida con la política de exclusión y negación con la que históricamente asumió para con estas poblaciones. Las nuevas retóricas que el Estado viene transitando, y los escasos avances legislativos, trastocan el paradigma homogeneizador que caracterizó a la historia de la Argentina y, al mismo tiempo habilitan nuevos canales para el reconocimiento histórico de la comunidad afrodescendiente.Sin embargo, en materia educativa, los avances para las poblaciones afrodescendientes en este país son muy escasos en cualquiera de los niveles del sistema.4 Tampoco se ha institucionalizado aún una agenda educativa antirracista, a pesar de que, en los últimos años, la participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes se ha convertido en un tema central en los debates sobre educación superior en América Latina.

Avances recientes en la agenda política

En el año 2017 Argentina firmó su adhesión al Decenio Internacional de los/as Afrodescendientes (2017), y dos años más tarde sancionó, por la Resolución 1.055/2019, la creación del “Programa Nacional para la Aplicación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes”, el cual está orientado a implementar acciones que pongan en marcha el Decenio en la Argentina. En la Resolución de su creación se alude a la palabra “educación” sólo una vez, y sin referirse a la educación superior en forma específica. 

En el año 2020 se creó la Dirección Nacional de Equidad Racial, personas Migrantes y Refugiados. Dicha entidad tiene a cargo el Programa Nacional del Decenio para la comunidad afro. Al respecto, Carlos Alvarez Nazareno, director de este organismo planteó: “Las personas afro también necesitamos de leyes de cupo laboral, de acciones afirmativas que permitan generar mayores niveles de inclusión educativa, cultural, política, socioeconómica y de acceso a todos los derechos humanos para garantizarnos una vida digna libre de racismo” (Página 12, noviembre de 2020). En esta Dirección también se coordina el Plan Nacional Afro (2021-2024) “cuyo objetivo central es ofrecer una hoja de ruta para la gestión de políticas públicas de inclusión y mejora de las condiciones de vida de las poblaciones afroargentina, afrodescendiente y africana de todo el territorio nacional, reconociendo sus aportes y fomentando acciones específicas para su desarrollo e integración”.5

Desconocemos hasta la fecha qué tipo de acciones prevé realizar este organismo en materia educativa. Se ha anunciado la creación de una Mesa Interministerial para la implementación del Programa Nacional Afro del Decenio, convocada por la Secretaría de Derechos Humanos, en la cual participan autoridades del Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Cultura, Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, Ministerio de Desarrollo Productivo, Ministerio de Educación, el INADI y la Defensoría del Público, entre otros. 

El 6 de julio del presente año se colocó en el Congreso de la Nación el retrato de María Remedios del Valle, la mujer afrodescendiente que fue apodada por los soldados como “La Madre de la Patria” por su labor en los ejércitos, y quien, debido a su destacado desempeño como combatiente al Ejército del Norte, fue designada por Manuel Belgrano como Capitana del Ejército. Este reconocimiento tuvo lugar en el marco del proyecto “Ahora que sí nos ven”, impulsado por la Cámara de Diputados, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y la Secretaría de Derechos Humanos. Este hecho da muestra del avance en el reconocimiento de la población afrodescendiente en el país, en especial de las mujeres, y tiene fuerza simbólica y cultural para las poblaciones afroargentinas. 

Una de las leyes más relevantes para las poblaciones afrodescendientes en Argentina es la Ley 26.852 de 2013, que establece, en conmemoración a la fecha de fallecimiento de la afroargentina María Remedios del Valle, el 08 de noviembre como “El Día Nacional de los/as Afroargentinos/as y de la Cultura Afro”.  La Ley encomienda al Ministerio de Educación de la Nación que se incorpore dicha fecha al calendario escolar, y que promueva la cultura afro en los contenidos curriculares de todos los niveles del sistema educativo. También encomienda a la Secretaría de Cultura de la Nación la conmemoración de la fecha a través de políticas públicas orientadas a visibilizar y apoyar la cultura afro.

Finalmente, cabe mencionar una iniciativa que ha sido recientemente impulsada por el INADI con la participación de un grupo de funcionarios/as del gobierno del presidente Alberto Fernández. Se trata de la creación de la “Comisión Nacional para el Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina”, la cual tiene como objetivo “contribuir al cumplimiento del pleno goce de derechos de los ciudadanos de la comunidad Afroargentina” (Ministerio de Derechos Humanos, 2020). Si bien la creación de la Comisión es reciente, y no alude en forma directa a cuestiones educativas, se propone atender a las demandas y propuestas de la comunidad afroargentina. 

Hacia una reforma en la Ley de educación superior

La Cátedra UNESCO “Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes” de la Universidad Nacional de Tres de Febrero – UNTREF, junto con otras Instituciones de Educación Superior, líderes y organizaciones indígenas y afrodescendientes, está llevando adelante un proyecto que apoya e impulsa la modificación de la Ley de Educación Superior, LES sancionada en 1995 (Ley 24.521). Este proyecto propone adecuarla para asegurar los derechos de los/as afrodescendientes y de los pueblos indígenas, establecidos en los incisos 17 y 22 del artículo 75 de la Constitución Nacional.  Esta Ley es muy importante, ya que considera que la educación superior es un bien público y un derecho humano, y como tal defiende su gratuidad. 

La Ley busca garantizar una educación igualitaria a partir del reconocimiento de las identidades de género y de las personas con discapacidad; sin embargo, el argumento sostenido por quienes impulsan su modificación es que dicha Ley, al no hacer mención alguna de los pueblos indígenas y afrodescendientes, no asegura los derechos de estos pueblos, sino que más bien los vulnera ya que incluye género y discapacidad, pero nada dice sobre pueblos indígenas y afrodescendientes, y esto es discriminatorio, situación que ha sido observada y señalada para Argentina, las continuidades en las discriminaciones estructurales en nuestro país, en particular para “pueblos indígenas (PI)” y comunidades afrodescendientes (Cátedra de UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes, 2021, p. 1).

Esta valiosa iniciativa representa un avance hacia el desarrollo de medidas legislativas que buscan garantizar una educación superior inclusiva y equitativa para indígenas y afrodescendientes en Argentina, y a la fecha ha recibido el respaldo de importantes organismos nacionales.

El campo académico: un terreno de disputas y relaciones complementarias 

Tradicionalmente, en América Latina, las ciencias sociales ignoraron las realidades de las poblaciones afrodescendientes. Es más, las poblaciones negras no eran consideradas en los temas ni en los problemas de investigación, y recibieron durante mucho tiempo un tratamiento marginal, lo cual contribuyó a mantener a esta población en la subalternidad epistémica. En la actualidad, sin embargo, existe un campo floreciente de estudios sobre las poblaciones afrodescendientes, incluso en países considerados hasta hace poco tiempo “sin negros”, como es el caso de la Argentina. El proceso de “visibilidad” que adquirió la población afrodescendiente en este país, en especial como tema de investigación de las ciencias sociales, ha tenido efectos políticos, en tanto que también ha contribuido a hacer visibles las demandas y el campo de intervención política del movimiento afro.

Salvo excepciones recientes, como el caso brasileño en el que se dio un aumento de la presencia negra en las universidades y centros de pesquisa, producto de las acciones afirmativas, el campo de los estudios sobre las poblaciones negras en América Latina, desde su surgimiento, ha estado conducido por investigadores blancos (Ocoró, 2019). La presencia de investigadores/as negros/as en las Instituciones de Educación Superior es aún minoritaria, y en Argentina lo es más aún, ya que son muy pocos los/as docentes afrodescendientes en las universidades y en los equipos de investigación. En muchos casos, su presencia es invisibilizada o sus producciones académicas son ignoradas por quienes hegemonizan el campo, lo cual es una muestra de cómo se reproduce el racismo en los espacios académicos. 

A pesar de ser minoría, el papel de los/as académicos/as e intelectuales africanos, y de la diáspora, ha sido central para el proceso de emancipación y politización del movimiento negro, así como también para la lucha antirracista en los espacios académicos/catedráticos/eruditos. De igual forma, debemos decir que quienes no lo son, también han acompañado de muchas formas al movimiento negro.  En algunos casos, sus aportes han contribuido a la generación de pensamiento crítico entre los activistas, y acompañan sus debates, tales como aquellos vinculados a las acciones afirmativas o cupos especiales, como se ha dado en Brasil y en Colombia.  

La discursividad sobre la afrodescendencia en las organizaciones no es sólo producto de su propia experiencia o del intercambio con redes afrodescendientes; también es resultado de la interacción con la producción académica y de su participación en espacios académicos. Así mismo, esto es válido si lo invertimos, es decir que el movimiento construye conocimiento, y este alimenta el caudal de las producciones académicas sobre el tema. 

En la Argentina, los/as afrodescendientes vinculados/as al movimiento participan cada vez más de espacios académicos. Existe una relación estrecha entre el movimiento afro y los académicos, la cual no necesariamente es una relación ajena al conflicto. En realidad, se trata de relaciones complementarias y conflictivas a la vez, en tanto ambos actores, más que responder a un bloque monolítico, encierran variadas tensiones y fraccionamientos, como ocurre con otros procesos. Casi todas las organizaciones tienen nexos con académicos, y algunos académicos blanco-mestizos están vinculados o forman parte de las organizaciones afro.

A pesar de ello, los/as activistas del movimiento han hecho explícitas algunas tensiones. Por ejemplo, señalan que comúnmente la producción académica sólo beneficia el posicionamiento de algunos académicos en el campo, y que muchas veces se sienten objeto de investigaciones, pero no son considerados cuando cumplen funciones de investigadores. A esta situación, justamente, hizo referencia un activista de la Agrupación Xangó, al preguntársele sobre la relación entre el movimiento afro y los académicos:

“Hay un problema entre la articulación y la producción. De toda esta producción, ¿qué le llega a la comunidad? O sea, que no sea sólo reproducir los conocimientos hacia adentro para ellos, para posicionarse; además hay gente del movimiento a quien le resulta funcional para conservar su lugar en la academia. También hay que ver esto de no ser objeto de estudio sino sujeto de derechos.” (Entrevistado dos, tomado de Ocoró, 2014).

Referente a la misma pregunta, otro de los entrevistados respondió: 

“Me parece importante que ahora hayamos podido lograr empezar a posicionarnos dentro de la Universidad, porque sino siempre hablan los mismos académicos blancos que a veces hacen articulaciones coyunturales con algún otro afrodescendiente que les sirve para reproducir eso que ellos dicen (…).”  (Entrevistado uno, tomado de Ocoró, 2014).

Pero también entre los/as activistas se valora el papel que los/as investigadores/as han jugado en la historia del movimiento ya que han hecho contribuciones desde diferentes disciplinas.  Así lo expresó una integrante del movimiento afrocultural: 

“Yo creo que el lugar de los académicos en el movimiento afro tiene una contribución importante en cuanto a abrir temas en los espacios en los que, obviamente, gente que viene de los estratos pobres no ha podido estudiar, a los que no ha podido llegar, y por lo tanto no se ha podido incluir el tema.” (Entrevistado tres, tomado de Ocoró, 2014 ).

Para Miriam Gómez, activista del movimiento afro, la abundante producción académica que circula en la actualidad sobre el tema es un logro que hay que atribuir también a las organizaciones. Según lo expresó:

“Eso tiene que ver con el logro de las organizaciones y de las personas que trabajamos en esto, y con el trabajo que hicimos con los académicos. Porque cuando empecé a estudiar, de estos temas era poco y nada lo que había. Y en todo caso lo que había seguía la línea europeizante, y los autores hablaban de los negros desde la perspectiva de lo pintoresco y folklórico, y meramente descriptivo, y no estaban libres de prejuicios.” (Entrevista periódico “La Ciudad” de Avellaneda. 8 de noviembre de 2011).

Los/as activistas también se muestran preocupados/as cuando se visibilizan las debilidades y confrontaciones del movimiento, pues consideran que va en detrimento del mismo. A esto último, y al rol de los académicos en el movimiento afro, hizo referencia durante su exposición en un conversatorio en el barrio San Telmo, Carlos Álvarez, integrante de la Agrupación Xangó y de Uniafro:

“Creo que el rol de los académicos desde nuestra visión ha sido bastante diverso y algunas veces ha sido lamentable. Históricamente hay una hegemonía en la academia que obviamente es blanca y es argentina, y que se ha instalado y ha hablado montones de años de nosotros. Me parece que también está bueno que la academia se haga una autocrítica respecto de esto.” (Intervención Carlos Alvarez, citado en Ocoró, 2014).

Otro de los disertantes en el evento fue el profesor Alejandro Frigerio, un reconocido investigador en el campo de la producción académica sobre afrodescendientes. Referente al mismo tema mencionó:

“Yo creo que la academia está mucho más cerca de ser parte de la solución que del problema. No creo que la academia haya hablado con poco respeto de los afrodescendientes, por lo menos en los últimos veinte años. Podríamos decir que los académicos que nos estamos dedicando últimamente al tema, tenemos posiciones muy diferentes.” (Intervención Alejandro Frigerio, citado en Ocoró, 2014).

Tanto Álvarez como Frigerio son dos actores reconocidos en el campo afro en Argentina.  El primero, hoy funcionario público, es una de las figuras claves dentro del movimiento afro, y el segundo, es uno de los académicos que más ha investigado la temática en el país. Lo interesante a plantear, a partir de sus intervenciones, es que el campo académico participa en la disputa de la producción y visibilidad de la afrodescendencia. También resulta necesario atender al llamado que los/as activistas hacen pues, más que interpretar sus críticas como la mera expresión de rencillas o rechazo a determinadas prácticas de algunos/as investigadores/as, se debate un lugar para la producción de saberes de los pueblos afro que ha sido relegada y también invisibilizada históricamente. Esto no ha ocurrido sólo en la universidad, sino también en las escuelas y demás espacios en los que circula y se produce conocimiento. 

Aparece, en ese llamado, una postura progresista del movimiento afro que invita a incorporar los conocimientos de sus comunidades, los que han sido calificados como folclóricos, exóticos, pre-científicos, y vistos como obstáculos para el conocimiento académico. Esta reivindicación es muy pertinente, pues la dominación y la opresión de los pueblos afro también han pasado por la forma en la que son visibilizados o invisibilizados desde el discurso científico. Tanto el movimiento como los académicos han contribuido, de algún modo, a organizar y nutrir el campo de los estudios sobre afrodescendientes en la Argentina, lo cual significa que ese campo no es simplemente fruto del trabajo de investigadores/as o académicos/as vinculados al/con el tema. También emerge y se ha fortalecido con los saberes, aportes epistémicos, experiencias y prácticas organizativas del movimiento afro. Tal es así que la gran mayoría de las iniciativas surgidas en el ámbito académico cuentan, además, con la participación de afrodescendientes. Alvaro Guaymás desenvuelve este aspecto de una mejor manera, mencionando que los pocos programas que existen para afrodescendientes tienen en común dos cuestiones: “el primero de ellos es su vinculación con comunidades, miembros y/u organizaciones de pueblos indígenas y afrodescendientes con los cuales trabajan en conjunto en los procesos de creación y puesta en marcha de las propuestas de formación. El segundo denominador común es la vinculación de la docencia, la investigación y la extensión” (2018, p. 53).

Los afrodescendientes en la agenda de la Conferencia Regional de Educación Superior 2018

La Conferencia Regional de Educación Superior, realizada en la Universidad Nacional de Córdoba en junio de 2018 incorporó, entre sus siete ejes de trabajo, el eje denominado: “Educación Superior, diversidad cultural e interculturalidad en América Latina”, el cual debatió sobre la situación de las personas indígenas y afrodescendientes en la educación superior, produciendo una serie de recomendaciones estratégicas para favorecer la inclusión de estos grupos. La inclusión de dicho tema en la agenda de la CRES 2018 claramente presenta un giro a favor de la ampliación de los derechos y la democratización en las políticas de educación superior en la región. En su Declaración Final, la CRES expresó que:

“Las políticas públicas e institucionales de educación superior deben contribuir proactivamente a desmontar todos los mecanismos generadores de racismo, discriminación y todas las formas de intolerancia que aún están vigentes en las sociedades latinoamericanas. Las instituciones de educación superior tienen la obligación de educar respecto de la aplicación de derechos, contra el racismo y todas las formas de discriminación racial y formas conexas de intolerancia a la población en general (…)” (2018, p.13).

La CRES, también reconoce, en dicha Declaración, la histórica deuda de las sociedades con estos pueblos y propone, entre otros puntos, “ratificar y asegurar la aplicación plena de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes en todos los cuerpos normativos y políticas públicas de aquellos países en los que ya existe el reconocimiento constitucional de dichos pueblos”, así como “encomendar a las universidades y otros tipos de Instituciones de Educación Superior (IES) que entre sus misiones prioritarias adopten la de “Educar contra todas las formas de racismo, la discriminación étnica/racial y formas conexas de intolerancia, sean visibles o solapadas (…)”(CRES, 2018, p. 354).

El desarrollo de políticas para afrodescendientes en la educación superior requiere que se discuta no sólo acerca de la reducida participación de las poblaciones negras e indígenas en este nivel educativo, sino también sobre la problematización del discurso hegemónico eurocéntrico, mediante el cual se han jerarquizado los saberes y los conocimientos de las comunidades indígenas y de los pueblos negros. La inclusión de estos temas en la agenda de la CRES 2018 representó un hito importante, pues además de la trascendencia de su Declaración, se produjeron algunos indicadores para facilitar el seguimiento de acciones de inclusión de estas poblaciones en la educación superior. 

Programas y experiencias académicas enfocadas en la educación superior y los pueblos afrodescendientes 

Desde hace varios años, algunas universidades abrieron las puertas de sus posgrados y programas de extensión a los debates de lo intercultural, lo étnico-racial, y recientemente hacia los debates antirracistas. El tema viene cobrando relevancia en ciertas universidades, y ha impactado en sus ofertas educativas a través de seminarios y/o cursos intensivos, casi siempre en las áreas de extensión. A raíz del asesinato de George Floyd,6 también se dieron discusiones en distintas universidades sobre el racismo en la educación superior, al punto que el tema ha ganado un espacio en la agenda académica. 

Los programas orientados a favorecer la inclusión de los pueblos indígenas y afrodescendientes en la educación superior permiten avanzar en la ampliación de derechos, y “buscan hacer efectiva alguna dimensión del derecho a la universidad (…) en tanto bien público social, que no solo afecta a aquellos que lo efectivizan realizando un tránsito por las aulas universitarias” (Del Valle, 2018, p. 52). Como fuese mencionado con anterioridad, las experiencias de Educación Superior dirigidas a pueblos indígenas y afrodescendientes en Argentina son más bien recientes, pues se han desarrollado hace un poco más de dos décadas. No obstante, existen alrededor de veinte universidades con programas de interculturalidad orientados a los pueblos indígenas (Paladino, 2009). Todas estas instituciones mantienen programas de educación intercultural dirigidos en especial a las poblaciones indígenas, y en algunos casos contemplan, en las áreas de extensión, acciones dirigidas hacia los afrodescendientes. En relación con el tema de afrodescendientes, los avances son menores, y las experiencias que se vienen dando en este nivel educativo son escasas.7 A continuación, presentaremos las más destacadas. 

El Programa y la Cátedra UNESCO “Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes” de la Universidad Nacional de Tres de Febrero 

En las experiencias recientes, son de gran importancia los trabajos desarrollados por el Programa “Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes” de la Untref que fue creado en el año 2012 con el objetivo de analizar y documentar experiencias de inclusión de indígenas y afrodescendientes en las Instituciones de Educación Superior en América Latina, así como también de participar en recomendaciones para políticas públicas. El Programa se nutre de la experiencia del Proyecto Diversidad Cultural e Interculturalidad en Educación Superior en América Latina del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO -IESALC), que se desarrolló entre 2007 y 2012. 

En el año 2014, el Programa promovió la creación de un espacio de articulación interuniversitaria llamado “Red Inter-universitaria de Educación Superior y Pueblos Indígenas (Red ESIAL)”, un espacio en el que actualmente participan más de sesenta universidades de once países latinoamericanos. También ha organizado cinco Coloquios internacionales sobre Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina. En el año 2018 se crea, en el marco del Programa, la Cátedra Unesco Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados (CIEA) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF).

Esta Cátedra puso en marcha la Iniciativa para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior (2018-2021),8 mediante la cual se desarrollaron en el año 2019 los “Talleres de auto-capacitación colaborativa en análisis, diseño y promoción de actividades para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior”, con la colaboración de universidades e instituciones de Educación Superior (IES) de toda América Latina. Entre los años 2020 y 2021, la Iniciativa realizó dos convocatorias de propuestas de acciones en internet para la Campaña de Erradicación del Racismo en la Educación Superior en América Latina, con el auspicio del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior (UNESCO-IESALC) y de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL). Estas acciones han contribuido a instalar el tema en la agenda regional, y a darle visibilidad a las experiencias de lucha antirracista que se vienen generando en distintas universidades de la región.

Las acciones implementadas en las IES, en algunos casos, se apoyaron en procesos ya existentes, en tanto fueron propuestas por núcleos o grupos de trabajo que vienen trabajando en el tema, aunque en su mayoría fueron, de alguna manera, experiencias pioneras que inauguraron estos debates en las distintas IES. 

Mapa de acciones para la erradicación del racismo en la educación superior.

Fuente: Cátedra Unesco Untref.

También es de destacar la creación de la línea de trabajo “Inclusión y equidad en la educación superior en Argentina. Análisis interseccional de género, clase, “raza”/etnicidad de las trayectorias educativas de afroargentinas/os y migrantes afrodescendientes” del Programa Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina  que analiza, desde un enfoque interseccional de género, clase, “raza”/etnicidad, las trayectorias educativas de afroargentinas/os y migrantes afrodescendientes. 

El campo de las prácticas: iniciativas emergentes gestadas desde los activismos afro en la Educación Superior

Los actores del movimiento participan en espacios de discusión académica, y en distintas oportunidades se han manifestado ante acciones racistas en la educación superior.9 A continuación, presentaremos dos experiencias recientes que han sido gestadas desde los activismos afro en la Educación Superior. En el mes de abril del presente año inició la Cátedra “Derechos de las comunidades negras en Argentina desde una perspectiva afro”, del Departamento de Filosofía de la Facultad de Derecho de la UBA. Se trata de una materia optativa coordinada por dos abogados y activistas afroargentinos: Patricia Gomes y Alí Emmanuel Delgado, ambos egresados de la UBA y gestores de esta iniciativa. La Cátedra tiene una perspectiva afrocentrada en la que se priorizan las voces, la historia, y las referencias teóricas negras, y es dictada por profesoras y profesores afrodescendientes. Al respecto, Patricia Gomez plantea que “la universidad es un ámbito que se caracterizó por silenciar las voces de la comunidad negra, o a lo sumo tenernos como meros objetos de estudio. A través de nuestra propia voz, queremos transmitir nuestros conocimientos desde nuestra propia perspectiva para contribuir en la formación de abogados del y para el pueblo, con conciencia social y también antirracistas” (Oliva, La Nación, 10 de febrero de 2021).

Ali Delgado, por su parte sostuvo: 

“En mi caso no pude leer a un autor negro hasta el final de la carrera en la última materia, y esto se pudo dar solamente porque la busqué. Tampoco tuvimos profesores ni profesoras negras y el alumnado visiblemente afro es casi nulo. Fue así que en nuestro rol de activistas afroconcientes pudimos identificar la necesidad de ennegrecer la facultad, institución que está inmersa en la lógica de la academia que ha sido productora y reproductora de los discursos hegemónicos y dominantes de nuestra sociedad, y también lo fue de aquellos que pregonaban la construcción de una Argentina fenotípicamente blanca y culturalmente europea” (Campos, Clarín, 28 de febrero de 2021).

El testimonio de Ali permite evidenciar la marcada ausencia de la historia y de las epistemologías negras en los programas académicos de las instituciones de educación superior. La producción intelectual negra es poco valorada o casi desconocida en las bibliografías de los programas académicos (Ocoró, 2019). Claramente, los espacios académicos no permanecen ajenos al racismo que impera en la sociedad. El racismo, enquistado en los espacios académicos, justamente no reconoce el estatus de igualdad cognitiva del otro/a y subalterniza sus conocimientos y su cultura, contribuyendo a acrecentar y reproducir su desigual vinculación en los campos de producción de conocimiento y en las estructuras de la sociedad (Ocoró, 2019). 

En una entrevista a Florencia Gómez, activista afroargentina, al preguntársele sobre cuáles piensa que son los métodos más importantes o los más efectivos en la lucha feminista negra, ella menciona:

“Creo mucho en la educación autogestiva. Es la educación que damos nosotras mismas porque realmente no hay cuestiones en las escuelas, en la academia, todo lo que aprendes son cosas de gente que realmente viene de la hegemonía blanca… autores blancos, teorías blancas. Hay un montón de cosas que, bueno, estamos todas por el camino de auto educarnos, ¿no? “Che leí este libro que es de una autora negra, o de autores negros”. Entonces, esas son las lecturas ya que por ahí a no todos nos es accesible la educación, o ir a una escuela, a una universidad y tener estos hábitos porque las realidades son distintas.” (Entrevista realizada por Olivia S. Sabini-Leite, 2019).

Como habíamos mencionado, si bien las demandas por la educación superior no están enfocadas en el acceso y la permanencia, como ocurre en otros países de la región, sí se dirigen a problematizar el racismo epistémico expresado mediante la falta de inclusión de la historia negra en el currículo de todos los niveles del sistema educativo. Al mismo tiempo, como lo podemos observar en la entrevista a Florencia Gómez, los/as activistas del movimiento generan sus propios espacios educadores, y de producción de conocimiento que potencian la construcción de las identidades afrodiaspóricas. En este punto, resulta muy importante traer a colación el planteo de Nilma Lino Gomes, quien plantea que en Brasil “el movimiento negro es un educador”, y evidencia cómo: 

“Los movimientos sociales son productores y articuladores de los saberes construidos por los grupos no hegemónicos y contrahegemónicos de nuestra sociedad. Actúan como pedagogos en las relaciones políticas y sociales. Mucho del conocimiento emancipatorio producido por la sociología, la antropología y la educación en Brasil se debe al papel desempeñado por esos movimientos, que indagan el conocimiento científico, hacen emerger nuevas temáticas, cuestionan conceptos y dinamizan el conocimiento” (2017, pp. 16-17).

También resulta relevante mencionar que en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y como producto de la acción organizada de estudiantes afrodescendientes del grupo Omi Obi en dicha institución, la “Cátedra Libre de Pueblos Originarios” pasó a llamarse “Cátedra Libre de Pueblos Originarios, Afrodescendientes y Migrantes de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco”. La misma fue aprobada a través de la Resolución Rectoral 015-2020. El grupo Omi Obi está integrado por estudiantes afrodescendientes provenientes de República Dominicana, Cuba, Colombia, Senegal y Argentina. 

Fiorelis Ortega, integrante de esta organización y estudiante de la carrera de Trabajo Social, expresa:

“Trabajamos lo que es la interculturalidad, el reconocimiento de nuestra ciudadanía y que las personas de la sociedad puedan visibilizar nuestros derechos y nuestros aportes a la sociedad argentina, y también que nos reconozcan en el mundo.”

Ambas experiencias, desde lugares diferentes, nos permiten evidenciar cómo el tema empieza a instalarse en la agenda del movimiento afro, 10 y en el caso de la experiencia de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, la acción organizada de los/as afrodescendientes se nutre de la participación de migrantes de otros países de la región. De todas maneras, falta avanzar en lo que respecta a la inclusión efectiva de la historia africana y afroargentina en todos los niveles y currículos del sistema educativo. Las IES son espacios fundamentales para contribuir a valorizar la historia africana y afroargentina. 

Conclusión 

En Argentina, los debates sobre educación superior y afrodescendientes son emergentes, tanto en la agenda académica como en las prácticas de los movimientos afrodescendientes, y es principalmente desde el campo académico que se ha venido instalando la discusión sobre el tema. En la agenda de las políticas públicas el debate aún no ha logrado instalarse, aunque la iniciativa de la reforma a la Ley de Educación Superior camina en esa dirección. 

Las políticas de diversidad e inclusión de los grupos étnicos tienen un rol muy importante en el desarrollo de las sociedades. Llevarlas a cabo supone contar con las Instituciones de Educación Superior como un espacio estratégico para generar mecanismos de inclusión, desarrollar acciones antirracistas y ampliar derechos para estas poblaciones. Las IES tienen el desafío de incorporar a las personas afrodescendientes, así como sus tradiciones epistémicas, a los efectos de dar curso a las múltiples demandas de inclusión social de nuestras sociedades, en especial porque en la región existe una inequidad estructural y una deuda histórica hacía los pueblos indígenas y afrodescendientes. 

NOTAS

1 Pese a la creciente preocupación por la situación de los afrodescendientes, las normativas a su favor no han sido acompañadas con políticas articuladas que den respuesta a los problemas concretos de esta población.  Las serias problemáticas de desigualdad y exclusión que afectan a este grupo poblacional persisten. Aún deben enfrentar al racismo y la discriminación racial y muchos de sus derechos elementales continúan sin estar garantizados.  

2 Una serie de avances en materia de política de educación superior en algunas universidades han promovido experiencias innovadoras, las cuales requieren ser analizadas en su desenvolvimiento particular en cada país y contexto político.

3 Las acciones afirmativas logran ser institucionalizadas en el año 2012 en el gobierno de Dilma Rousseff cuando la Ley 12.711/2012, buscando democratizar el acceso a la educación superior, dispuso que todas las universidades e instituciones federales de enseñanza tienen que reservar la mitad de sus cupos para el ingreso de estudiantes provenientes de las escuelas públicas. La reserva de estos cupos debe dividirse, según la Ley, entre postulantes auto-declarados negros/as, pardos e indígenas.

4 Hasta el momento no se cuenta con suficientes datos sobre el nivel educativo de la población afrodescendiente en el país. Sin embargo, tomando como referencia las estimaciones del Ministerio de Educación de CABA, basadas en los datos del censo de 2010, el 17,4% de los afrodescendientes no completó la educación primaria. Este porcentaje es del 14,6% para el resto de la población. Solo el 7,4% de la población afrodescendiente de CABA posee estudios secundarios completos, esta proporción es del 10,9% para el resto de la población (ME, 2019).

5 Ver: https://www.argentina.gob.ar/derechoshumanos/equidad-racial-personas-migrantes-y-refugiadas-0

6 El 25 de mayo de 2020, producto de la brutalidad policial y el racismo, fue asesinado el ciudadano afronorteamericano George Floyd en la ciudad de Mineápolis, Minnesota.  El policía Derek Chauvin, lo mató de asfixia al presionar, contra el pavimento, el cuello de Floyd con su rodilla. Su asesinato derivó en muchas protestas no sólo en EE.UU, sino en todo el mundo, y pusieron en el centro del debate el racismo y sus efectos sobre las poblaciones afrodescendientes. 

7 En Argentina existen varios equipos de investigación que producen conocimiento académico sobre afrodescendientes, pero no son abordados en este artículo ya que no trabajan en el tema de afrodescendientes y educación superior. 

8  La Iniciativa “se propone contribuir a erradicar todas las formas de discriminación racial en la Educación Superior, poniendo especial énfasis en la erradicación de las formas de discriminación que afectan a las personas y comunidades indígenas y afrodescendientes”.

9 Los actores del movimiento han estado involucrados de manera frecuente en espacios de discusión académica, y también se han manifestado cuando se presentan acciones racistas en la educación superior. Este tipo de acciones si bien son importantes, no serán abordadas en este espacio, ya que focalizamos la mirada en la experiencias que se han concretado a través de Cátedras específicas en la educación superior. 

10 Existen sin duda experiencias previas que no hemos abordado en este artículo como el Programa de Universidad Abierta de la Universidad Nacional de Córdoba del cual hace parte el profesor haitiano de esa misma casa de estudios, Henry Boisrolin, quien creó la Cátedra Libre de Estudios Afro Americanos en el año 2012; y el Programa de Investigación y Extensión sobre Afrodescendencia y Estudios Afrodiaspóricos (UNIAFRO) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM), coordinado por la profesora Karina Bidaseca.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Página/12 (2021, 6 de julio). Diputados: por primera vez, en el edificio habrá un retrato de una mujer. https://www.msn.com/es-ar/noticias/argentina/diputados-por-primera-vez-en-el-edificio-habr%c3%a1-un-retrato-de-una-mujer/ar-AALO8nz?ocid=mailsignout&li=AAggPN3.

Página/12 (2021, 3 de marzo). Crean en la UBA una cátedra para difundir los derechos de los afrodescendientes. https://www.pagina12.com.ar/327226-crean-en-la-uba-una-catedra-para-difundir-los-derechos-de-lo 

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Sabini-Leite, O. S. (2019). Entrevista a Florencia Gònez. Buenos Aires.

Leyes y decretos citados:

Decreto Nacional 658/2017. Reconoce la importancia del Decenio Internacional Afrodescendiente proclamado por Naciones Unidas. 

Ley Nº 24.521. Disposiciones preliminares. Educación Superior. Educación superior no universitaria. Educación superior universitaria. Disposiciones complementarias y transitorias. 

Ley 26.852. Institúyese el Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro Nacional

Resolución 1.055/2019. Creación del “Programa Nacional para la Aplicación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes”

Video: 

Erradicación del Racismo en la Educación Superior. Mar 21, 2019. Unimedia Patagonia. Iniciativa para la Erradicación del Racismo en la Educación Superior. Aporte desde la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.